martes, 24 de junio de 2025

Comienza Mundo Bosque

Lo prometido es deuda. El año pasado el lobo de mar "Cara Peo" nos invitó a un verano futuro en el que nos perderíamos en "Mundo Bosque" y hoy es lo que hemos iniciado. 

Es muy gratificante para nosotros volver a crear una ilusión en la que enredarnos con las personitas que nos acompañan; divertirnos al tiempo lanzamos algunos mensajes para nosotros fundamentales: en esta ocasión el amor por los bosques. 

Este año nos han hecho un importante encargo, un reto, proteger nuestros bosques. Y para ello lo primero es sentirlos, conectarnos con ellos, con la parte que se ve, la invisible y con su sangre, el agua que les da la vida. 

¿Quién nos ha hecho el encargo de convertir este pedacito de vega en “Mundo Bosque”? Pues un grupo de niños la isla de Yakushima, en Japón. Esta isla es famosa por sus antiguos bosques donde crecen cedros de miles de años, conocidos como "yaku-sugi", los cedros. La razón es lo que encontraron en el hueco de uno de esos árboles, en el cedro más famoso de la isla. Lo llaman el Jomon Sugi, un árbol gigante con más de 2.000 años. 

Estaban paseando al tiempo que contaban historias sobre los kamis o yokais espíritus que viven en cualquier rincón de la naturaleza. Se acercaron al Jomon Sugi y en un hueco de su tronco encontraron un cesto de mimbre con unos pergaminos en su interior. 

En ellos, dibujados con tintes naturales, unas imágenes nos cuentan una historia donde los protagonistas son unas criaturas parecidas a los monos araña de los bosques tropicales de América. Se hacían llamar los Hijos e Hijas del Bosque  y convivían con unos pequeños seres blancos de grandes cabezas y ojos y bocas redondos, los “Kodamas”. Los kodama son espíritus ancestrales de la mitología japonesa, conocidos desde la antigüedad. La palabra kodama, significa literalmente "árbol-espíritu".

La historia que contaban aquellos dibujos les puso en alerta. Hoy los bosques también están desapareciendo y debemos actuar. Nos han mandado una carta cuya traducción dice: 

"Hacemos un llamamiento a todas las niñas y niños del mundo. Los bosques son nuestra casa y la de muchos otros animales y plantas. Y por nuestra culpa están desapareciendo. Debemos actuar con urgencia. Para ello debemos convertirnos en Hijos e Hijas del Bosque. Tenemos que ser capaces de sentir el  "yugen", las sensaciones positivas que tenemos cuando paseas por un bosque y que nos conectan con la naturaleza. Y para ello, deberemos darnos un baño de bosque, lo que los Hijos del Bosque conocen como el "shinrin-yoku" que significa absorber el bosque a través de todos nuestros sentidos despiertos. Así siempre llevaremos un pequeño kodama en nuestro corazón".

Para lacanzar estos retos hemos hecho tres grupos con los nombres de tres tipos de "yokais" o espíritus protectores de la naturaleza. Pueden ser bondadosos, bromistas  o terribles. 

Los Tengus, los seres alados protectores del bosque visible

Los Tanukis, los protectores del suelo y del bosque invisible.

Los Kappas, los protectores del agua

Cuando nos hemos organizado en las primeras "Asambleas Bosquimanas", nuestro afán de conocer la historia encontrada en el viejo cedro japonés nos anima a convocar al yokai Contador de Historias:

“Hechicero guardabosques, tú que viajas en el tiempo cuéntanos una historia o se la llevará el viento”

Aparece un personaje un poco loco que nos invita a convertirnos en Hijos e Hijas del Bosque. Nos pintamos las caras con tintes naturales y hacemos el saludo de la montaña o "Tadasana". Y luego nos enseña los pergaminos encontrados y nos narra la historia. 

Cuando se marcha, nos familiarizamos con este rincón de la Vega ahora convertido en "Mundo Bosque" y paramos para merendar y tener un ratito de tiempo libre. 

Y luego hacemos un rito alocado para convertirnos en Hijos e Hijas del Bosque. Primero, somos receptores de la historia contada y fabricamos el cuento a modo de tira de imágenes. 

Luego transformamos los brazos en ramas con una simpáticas y perecederas pulseras hechas con cinta de carrocero y hojas. Y las manos son raíces y las sumergimos en el barro sintiendo esta grata y antigua sensación. Para terminar convocamos a la lluvia, la sangre de los bosques. 

Ya solo queda darnos cuenta de que somos una única tribu conectada como los árboles de un bosque. Jugamos con la gran tela de colores. 

Y de nuevo lo prometido es deuda. Les dijimos que se llevarían un kodama en el corazón, y el relato se hace realidad. 

El equipo que acompañará a esta tribu en Eli, Marta, Adrián, Fran y Cesar. Y contamos con la colaboración de Manuela y Gabriela. 

3 comentarios:

  1. Qué buen comienzo del verano!! Chulísima la decoración!! y campus de verano de lo más muy original. Cada año nos siguen sorprendiendo.

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  2. Muchas gracias por tus palabras. Un abrazo.

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  3. Que bonito es enseñar con Magia e imaginación.

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