Foto de familia y acrobacias

Esta foto de familia ha sido una de las instantaneas más complicadas de todo el verano. Mucho animalillo junto; si no se escapaba uno, hacía sus necesidades otro. Pero al final, todos dijeron patata y aquí teneis el resultado.


Y antes de realizar la foto, algunos modelos pasaron por la peluquería. El cerdo y la oveja quedaron monísimos, aunque al primero fue imposible ponerlo en la foto.


El día tuvo su punto acrobático. Además de otros alehops, hicimos peligrosísimas torres humanas que cortan la respiración.

La magia del gazpacho

Iniciamos la mañana con mágos alucinantes que nos fascinaron con trucos escondidos en la baraja de cartas; aunque todavía tienen que crecer un poco para poder rellenar la chaqueta.


Y luego, la magia del gazpacho.




Con ingredientes de nuestra huerta, un poco de vinagre, sal y aceite de oliva, elaboramos una deliciosa pócima mágica llamada gazpacho. Al final de la mañana brindamos con ella a vuestra salud.


También os enseñamos dos talleres que hemos realizado: un portalápices de pasta de sal y un cuadro creado a partir de distintos tipos de arenas.

Y hoy hemos celebrado el cumpleaños de Ana y de Maite. Nos han traido una alucinante tarta payaso de la que no hemos dejado ni la nariz.

Magia y verduras.

Como todos los días, nos desperezamos en la asamblea. Pero abre bien los ojos que tienes que cazar el truco del mago; pero abre bién los oídos que has de escuchar lo que los papás y mamás escribieron en las libretas viajeras.


Y en la huerta de verano recogimos de todo: melones, sandías, calabacines, tomates, pepinos, pimientos y berenjenas. Y cada producto ha crecido despacito, en temporada, al sol y sin química ninguna. Y cultivados por estos pequeños grandes agricultores.

Después terminamos de exprimir nuestras fuerzas antes de la merienda realizando polos de naranja. Y también, como todos los días, colaboramos en cada tarea.




Y terminamos el día con un manguerazo en el que refrescamos todos nuestros musculitos.

Comenzamos para terminar.

Este lunes hemos iniciado el último turno de las escuelas de verano del aula rural de Ciempiés, una semanita que se nos antoja demasiado corta.



Como somos un grupo hemos realizado juegos que ponen de manifiesto la importancia de colaborar para conseguir retos grandes y divertidos: el paracaidas, el pelele, la tela de araña,... También jugamos al cachiporrazo, un entretenido modo de aprendernos los nombres de los amigos y amigas en el que es bueno protegerte la cabeza.

Y realizamos fotos un tanto en-gorros-as, así como divertidos autorretratos.


Noelia y Cesar pondrán todo su cariño en intentar que estos días sean la guinda del verano.

Fusión.

La Vega circense se enorgullece de fusionar elementos únicos con otros ricos en valores socioculturales (en esta ocasión circo, respeto a la naturaleza, aprendizaje diario de Lengua Española de Signos, y año Internacional de Los Bosques).


Nos hemos propuesto realizar entre todos un libro sin palabras de lo que hemos vivido juntos este turno veraniego, y en su primera página, no podía ser de otra forma, destacamos nuestro careto aderezado de payaso saliendo literalmente de una preciosa pista central del circo del ciempiés; la segunda página la copa la estrella de la colección de cada año por estos lugares: nuestro querido cerdo Gustavo listo para zamparse lo que le demos y para ser aseado. Por último, una bonita foto de grupo dará fin a nuestro libro con una página al completo para poner nuestra huella con témpera y una firma que recuerde los amigos que no se quedarán en el camino.

Feliz verano, amigos, y hasta septiembre.

Resistencia

Aunque la mayoría de la gente anda ya por ahí de viaje o en la playa, somos unos cuantos los que nos resistimos a dejar de pasar unos días en familia circense disfrutando de la compañía de amigos nuevos y antiguos, así como de lo que la Vega en su esplendor puede ofrecernos.



Ahí van unos ejemplos: hablando se entiende la gente, jugamos juntos, paseamos, contamos historias, nos ponemos morados de los manjares que nos aporta nuestra huerta e incluso probamos el nectar de la madreselva.

Juan e Ines son los directores de pista.

Un circo en la Universidad (III)

Llegó el final del tercer turno de la escuela veraniega de la Universidad y ya paramos hasta septiembre. Terminamos con las actuaciones con las que grandes y pequeños intentan despertar la sorpresa y la sonrisa en los demás: malabares con mazas y aros, payasos, equilibristas y acróbatas… Hubo hasta un guitarrista que causó sensación en el público.



Los talleres favoritos han sido la elaboración de aros y mazas, así como la creación de nuestros delgados trapecistas de patas de alambre. Y más de un padre, madre o amigo se quedará boquiabierto al ver la habilidad de algunos con el mazo de cartas.


El último día nos reunimos todos, como una gran familia circense, y pusimos en común todo lo aprendido, que no ha sido poco; y nos despedimos con un fuerte aplauso dedicado a ellos, porque han sido los protagonistas de esta gran aventura de un circo bajo el sol.