Iniciamos la mañana en la asamblea, ese momento en el que debemos demostrar que tenemos una boca y dos orejas, que es importante escuchar para poder decir algo sensato. Presentamos a dos nuevos caníbales, a Alba y a Carla; todos hemos caído imnotizados bajo la magia de sus ojos.
También es el lugar de la libreta viajera. Hoy los papas de Ana y Maxi nos narraban una aventura en la montaña donde trabaja su mama, que según cuentan, duerme de día y labora de noche. Su padre, que por lo visto no es muy diestro al volante, metió el coche en un gran agujero y ....
Después hicimos polos de limón, mermelada de calabaza y un fresquito batido de vainilla espumoso y con una pizca de canela, con el que brindamos al final de la mañana.
Y cogimos azufaifos y desgranamos los girasoles para que nos obsequiasen con sus pipas. Ahora las debéis tostar con sal en el horno y luego ...crac.
También dedicamos parte de la mañana a ver los animales y desearles un feliz inicio de cole. En las fotos podéis ver a nuestro amigote Gustavo y a la oveja Cata cabalgada por el intrépido Saul. 
Y una sorpresa: una cría de conejito que aún no ha abierto sus ojos. Fue la sensación del momento.
Aunque tempranito nos resistíamos a quitarnos el saquito, al final de la mañana apetecía un buen manguerazo. Disfrutamos del agua y de los rayos de sol cuya calidez es un heraldo del otoño.
Y finalizamos estas anotaciones con una nota que Adrián nos dio escrita en un posit: "Te quiero mucho y tengo un cepillo eléctrico." Realmente son una genialidad. 
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