lunes, 4 de septiembre de 2023

Capítulo XXIV: La llegada de los últimos humanos a Fantasía

Ha pasado mucho tiempo desde que Baltasar abandono Fantasía tras dar un nuevo nombre a la Emperatriz Infantil y derrotar a la Nada. Atreyu se responsabilizó de terminar todas las historias que Baltasar había comenzado y regresó a su tierra El Mar de Hierba. Pero de nuevo, la mentira y la desilusión llega a Fantasía, la Nada ha retornado. Las personas están dejando de imaginar, al tiempo que descuidan el mundo real. La Nada aparece ahora no solo en Fantasía sino también entre nosotros y nosotras.

Hay que retornar a este lugar donde residen los sueños, pero en esta ocasión no un solo uno, sino muchas niñas y niños. Deben imaginar, ilusionarse, soñar con un mundo mejor. Han llegado a Fantasía de la mano de los personajes del primer capítulo de la Historia Interminable.

PYERNRAJZARK, el comerrocas con su bicicleta de piedra. VÚSCCHVUSUL, el silfo nocturno, y su murciélago. ÚCKUCK, el diminutense, con su caracol de carreras. Blubb, el fuego fatuo que solo se ve de noche, les ha conducido hacia la tierra de los Pieles Verdes, el Mar de Hierba. Aquí vive un anciano Atreyu que pretende que sean merecedores de portar el Áuryn.

Así comienza este capítulo, el que anuncia la llegada del último grupo de valientes niñas y niños a Fantasía. 

Tras atravesar las tres puertas mágicas, llegan hasta este rincón de Fantasía. Y antes de nada, hacemos los grupos, comerrocas, silfos nocturnos y diminutenses, cuyos símbolos portamos al cuello, sus medios de transporte: una bicicleta de piedra, un murciélago y un caracol de carreras.

Cuando clasificamos los tesoros que traemos y colocamos nuestras cosas en los cubos amarillos, de repente aparece Enguivuck, uno de los Dos Colonos que ayudaron a Atreyu a iniciar su aventura. 

Nos trae la luz de la ciencia, al pequeño Falcor hijo de Fuyur el dragón de la suerte y un mapa de fantasía que debemos custodiar. 

Después de contarnos el inicio de esta aventura, se hace una foto con los niños y niñas y regresa junto a Urgl, la gnoma que pone un poco de sentido práctico a su vida. 

Luego en las asambleas entendemos cuál es nuestra misión estos días, destacando la importancia de colaborar unos con otros a pesar de ser diferentes; no caeremos en el error de los yskalnaris. 

Y trabajamos la idea de equipo con la red de Ygramul el múltiple. 

Merendamos y disfrutamos de este entorno en un rato de libertad. Pero primero comemos y cada residuo va a su sitio (el gato ha averiguado dónde va lo orgánico). 

Nos damos el gustazo de andurrear por un haza donde han recogido el maíz. 

Nos acercamos a los espejos de las puertas mágicas o visitamos el árbol de los personajes. 

Disfrutamos del árbol más acogedor, nuestro moral, o imaginamos que volamos en una vieja y entrañable furgoneta. Y no nos olvidamos de cuidar al recién llegado Falcor. 

Tras este rato en el multiverso, realizamos dos manualidades.

Elaboramos el carnet en el que iremos sellando los retos diarios. Nuestro nombre lo construimos con letras recortadas. La inicial es una de las letras introductorias del inicio de cada uno de los XXVI capítulos de la Historia Interminable. 

También hacemos un marcapáginas, que no debemos olvidar que nos hemos perdido entre las páginas de una novela. En el aparece la Emperatriz Infantil, La Hija de la Luna. 

Y como una cosa lleva a la otra, este punto de lectura incluye un ingenioso modo de visualizar las distintas fases de la luna. Al tiempo servirá de portafotos y para recoger la firma de amigos y amigas. 

Y cuando estamos finalizando el día, aparece el gran Atreyu. Es tan intrépido que se sube al tejado. Y desde allí nos anima a enfrentarnos a la Nada con imaginación. Comparte con nosotros el lema de los Dragones de la Suerte: "Recto o Torcido, no te des por vencido".

Mañana los primeros retos para las fantasias y fantasios; pero esa es una historia que será contada en otra ocasión. 

 

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