
Comenzamos la mañana recibiendo con cariño a nuestros músicos y dando un breve paseito hasta el Aula Rural. Agradecemos vuestra puntualidad y simpatía matinal.
Y en la asamblea nos espera una chistera con la que rogamos un poquito de silencio para podernos entender; y es que es similar al símbolo de silencio de blanca; si le damos la vuelta el silencio debe ser más largo, de redonda.Tras organizarnos un poco y ver el capítulo de Musicalia, que hoy nos invitaba a sonreír, los más pequeños marcharon para la huerta. Recogimos patatas y fuimos a buscar panochas al maizal, toda una aventura.
Luego preparamos un delicioso batido de vainilla con leche, azúcar moreno, azúcar vainillado y canela. Se bate mucho y a la nevera. Si queréis saber lo que es un periquete os lo diré: lo que tardan en beberse este batido.
Mientras tanto, "La Banda de Mozart", en el corral, dejaron limpita a Catalina. Mañana podréis comprobarlo vosotros mismos; ya está decente como para poder ir de paseo.

Y como titulamos esta entrada, vamos cogiendo ritmo. Tras los experimentos (como el de ver el sonido), le dimos marcha a los vasos.
Tras la merienda, presentamos al cerdito en sociedad; lo hemos bautizado como Mora, por que es negro, hembra y le flipan las moras del moral.
Ayer os contamos lo que trabajaban en el taller del Luthier. Hoy os contaremos la actividad de Euterpe y la batuta voladora. Primero presentamos a la musa de los músicos. Su nombre significa “la muy agradable” y normalmente se la representa con una flauta y una corona de flores. Hija de Zeus y la diosa de la memoria.
Y nos presenta a su hermana la musa de la literatura, Calíope. Y con ellas mezclamos música y cuentos, lo que nos lleva a los Músicos de Bremen. En relación con esta narración, hacemos un marcapáginas y una viñeta. Por cierto, la camiseta de Rosalía era inmejorable para la realización de este taller. Y nos despedimos con el Aprendiz de Brujo compuesto por el músico frnacés Paul Dukas y el delicioso batido.






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