miércoles, 7 de agosto de 2013

El soporte del escritor


El papel es el vehículo que Verne empleó para realizar sus viajes extraordinarios. Por eso, la sociedad verniana le da muchas vueltas a este material, plegándolo una y otra vez. Hicimos un gato y una flecha marcapáginas que se realiza justo con la medida de los recortes de los folios cuando se cuadran, así que los aprovechamos enteros (que no es cuestión de tirar nada).

Esta flecha nos ayudará a ascender por el espacio atravesando nubes de estrellas, o a descender hasta el magma incandescente de las profundidades del planeta; será una via de conexión entre nuestra vida y las inventadas por Verne, entre nuestro mundo real y los suyos imaginados.

Y hablando de espacios donde la fantasía y la realidad se mezclan peligrosamente, nos acercamos a uno de los más misteriosos rincones de la Vega, el Pozo de Santa Clara



Aquí convergen muchas leyendas: el relojero que vendió su sombra, el pocero sin suerte, el árbol de las mil ramas, el nido de las urracas,... Es la mágica frontera entre lo subterráneo y el cielo, entre la luz y las húmedas sombras. 

Los miembros de la sociedad verniana debíamos conocer este lugar.

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