Último paseo hasta el aula rural, últimas notas de este verano tan musical. Y últimos mordiscos en nuestro comedor.
Nos despertamos con la Música para los reales fuegos de artificio de Georg Friedrich Händel, cuyo estreno demostró el poder de la música.
Esta mañana, después de repartir todas nuestras cosas y leer nuestras libretas viajeras, realizamos unos juegos relacionados con el cuento de Arrecife y la fábrica de melodías.
Atravesamos por la cinta blanca sobre el profundo acantilado sin esquivar las dificultades, caminamos entre setas cuyos sombrerillos se convierten en mariposas, dibujamos con las calves de Fa y Sol la nueva Clave de Luna y ordenamos las ilustraciones del cuento para demostrar que lo conocemos.
También buscamos los pergaminos con los objetos que Arrecife portaba en su gran bolsillo mientras cruzaba Disonancia. Y como recompensa, una bonita chapa con la Clave de Luna, esa que debe ordenar las notas musicales en una nueva Era en la que todos tengamos las mismas oportunidades.
Y después, con nuestra entrada, al cine de verano. Ocho películas hemos visto este año, todas ellas relacionadas con la música. Y en esta ocasión, Billy Elliot, una bella historia que refuerza la idea de que debemos buscar nuestros sueños saltando las barreras que nos imponen los que no entienden que para volar solo debemos soñar con hacerlo. Y contamos con un Billy de 4 añitos.
Nosotros también saltamos y soñamos alto.
Como no podía ser de otro modo, el último rato debemos dedicarlo a fabricar melodías. Y para ello contamos con nuestros interpretes. Enhorabuena a todos.
Feliz curso a todos y todas. Que la música os acompañe.