martes, 2 de septiembre de 2025

Asambleas, olivos y peras y el bosque de Ogigia.


Estos tres días planteamos actividades antes y después de la merienda por donde rotarán los distintos grupo. 


Todos y todas realizamos el saludo a la montaña donde nos conectamos con la madre tierra y mostramos nuestro agradecimiento. Es la antesala de las asambleas bosquimanas. En ellas contamos cuales son los retos del día y vemos las libretas viajeras. 


En estas hojas que salen y entran de Mundo Bosque, los artistas reflejan como les parece el bosque de sus sueños. 


En cada asamblea nos fijamos en un aspecto diferente: los pájaros y los árboles, las tribus ligadas a los bosques y los seres mitológicos escondidos en la foresta. 


Nos hemos fijado a lo largo del verano en distintos árboles a los que colocamos su nombre anudado con cintas de colores. En esta ocasión el protagonista es el chopo, la especie arbórea autóctona de la Península Ibérica que más rápido crece. Pópulos es el nombre latino de los álamos y chopos, que significa ‘el pueblo’, es decir, sería el ‘árbol del pueblo’. 


También has sido diversos los pájaros protagonistas. Hoy nos fijamos en la paloma torcaz, muy común y extendida por toda la geografía española.


Aunque otras veces buscamos los seres mitológicos en bosque y montañas lejanas, terminamos con el Mono Careto de Sierra Nevada. En Granada encontramos una creencia muy arraigada sobre la existencia de un personaje malicioso al que debe temer cualquier montañero que se adentre en las espesuras serranas. Se trata del mono careto, una especie de duende con aspecto de mono y rostro serio.



Y la tribu de septiembre son los pigmeos Baka. Durante generaciones han desarrollado sus propios métodos para vivir en armonía con la selva, en África Central, a la que conceden un carácter divino. No se limitan a vivir en la selva, sino que son parte de ella. Por eso la cuidan y la conservan. La jungla les proporciona todo lo necesario para vivir y no conciben conceptos como acumular o almacenar.




La actividad "El Bosque Animado" nos invitó a ir de excursión al terreno en el que tenemos algunos frutales. 




Allí, escribimos nuestros deseos en unos papeles y los enterramos junto a las raíces bien abonadas de los olivos que hemos plantado. 




En los olivos agarramos unas cintas con un pequeño kodama pretendiendo que sea su protector. 




Y nos dedicamos a recoger peras que han madurado en el árbol y están muy dulces. Es muy gratificante ver el placer que supone para ellos y ellas esta labor.


Las repartimos entre todas y todos y nos las llevamos a casa en unas bolsas de papel. 



También os contamos que tras la merienda en "El taller de Musgoso", ese espacio que dedicamos a representar de distintas maneras un paisaje forestal, hoy hacemos el Bosque de Ogigia.


"Ulises desembarcó en la isla de Ogigia, donde vivía Calipso, la hija de Tetis y Océano. Bosquecillos de alisos, álamos negros y cipreses, con búhos, halcones y locuaces cuervos marinos posados en sus ramas ocultaban la gran cueva de Calipso".


Hacemos una isla con un fragmento en griego de la Odisea. Luego con cenefas griegas hacemos los troncos de los árboles. El mar y las copas de los árboles las realizamos con papel de plástico de burbujas. 


Le damos pintura y estampamos con él, creando unas texturas muy chulas. 


Y si os preguntáis por que aparece ahora Ulises, en la última entrada del verano os lo explicaremos. 

lunes, 1 de septiembre de 2025

Parad el Fuego.

Iniciamos el último turno de la escuela de verano Mundo Bosque del Aula Rural de Ciempiés. Y no lo podíamos hacer sin mancharnos las manos de ceniza. 

Como todos los primeros días, empezamos organizando los grupos y entrando en situación. 

Nos han hecho un importante encargo, un reto, proteger los bosques. Es lo mismo que cuidar nuestra casa ya que ellos son vitales para nuestra supervivencia y la de muchos otros seres vivos con los que compartimos el planeta. 

¿Quién nos ha hecho el encargo de convertir este pedacito de vega en “Mundo Bosque”? Pues un grupo de niños la isla de Yakushima, en Japón. Esta isla es famosa por sus antiguos bosques donde crecen cedros de miles de años. En el hueco de uno de esos árboles encontraron un cesto de mimbre con unos pergaminos dibujados. Las imágenes nos cuentan una historia donde los protagonistas son los Hijos e Hijas del Bosque.

La aventura que contaban aquellos dibujos les puso en alerta. Hoy los bosques también están desapareciendo a causa del fuego y debemos actuar. 

Para alcanzar estos retos hemos hecho tres grupos con los nombres de tres tipos de yokais o espíritus protectores de la naturaleza.

Los Tengus, los seres alados protectores del bosque visible. Son seres con apariencia de pájaro que habitan en las montañas. 

Los Tanukis, los protectores del suelo y del bosque invisible. Cambian forma y se transforman en perros mapaches o en zorros.

Los Kappas, los protectores del agua. Seres acuáticos con caparazón de tortuga y una cavidad en la cabeza llena de agua, que es su "energía vital".

Tras organizarnos, contar que retos tenemos por delante y clasificar los objetos que vamos a reutilizar, convocamos al yokai Contador de Historias. Aparece agotado, con una mochila llena de agua con la que está apagando los fuegos de agosto. Se detiene para contarnos la aventura de Diente de León y el Bosque Tutifruti convertido por el fuego en el Valle del Olvido. 

Cuando se marcha, decidimos hacer entre todos una pancarta donde pone: "Parad el fuego. Quemáis nuestro futuro". Y nos manchamos las manos de ceniza rellenando con carbones el interior de las letras. 

Y lanzamos al viento una petición... con que llegue al interior de nuestros corazones es más que satisfactorio.

Tras la merienda realizamos una manualidad con la que repasamos la historia que nos han contado. Colocamos las imágenes en orden al tiempo que recordamos los acontecimientos. 

Y nos convertimos en árboles adornando nuestras muñecas, tobillos y cabezas con cintas adornadas con hojas. 

Finalizamos la jornada sintiéndonos un grupo. Jugamos con una tela de colores que nos conecta del mismo modo que los árboles se comunican a través de esa red subterránea de raíces y micorrizas. En los bosque todo está en equilibrio. 

Un día muy intenso antesala de una semana de septiembre repleta de nuevas aventuras guiadas por Moni, Marina, Adri y César.