jueves, 1 de agosto de 2013

Mar, aire, cielo y mucho cariño


Y llego el último día de nuestro viaje extraordinario.

Primero organizamos nuestras cosas y guardamos como si de un tesoro se tratase nuestro diario con su carnet de verniano, el pasaporte de los juegos del mundo, el sello secreto e intrasferible y las fotos para contar de nuestra aventura.

Llegó el momento de danzar y elaborar unos divertidos, locos y compartidos murales. Representaban los tres paisajes por donde se desplazan los vehículos que dan nombre a las tripulaciones: el mar del Nautilus, el aire del Victoria y el cielo galáctico del Columbiad

Los creamos lanzando esponjas mojadas en pintura y dando luego trazos simples con los pinceles; aparecieron así los peces, las aves y las estrellas.


Y la merendola festiva fue fenomenal. Muchas gracias a todos nuestros cómplices que desde las casas hacéis posible que una propuesta se convierta en dulce realidad.

Mientras reposábamos del atracón intercambiamos algunos libros que dormitaban en nuestras estanterías y trasteros y les hemos dado una nueva vida; y es que los cuentos resucitan cuando son abiertos por un nuevo lector.

Ya que Verne  atesoraba muchos talentos, nosotros quisimos imitarlo mostrando los nuestros. Las actuaciones fueron una maravilla.

Feliz verano a todos y esperamos que reservéis un trocito de vuestro corazón para la Vega y para los que os han acompañado en el Verano Verne.


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