En la obertura matinal, tras hacer las tareas cotidianas, tenemos el placer de escuchar a nuestros pequeños grandes músicos. Es importante que el público escuche en silencio; deben entender que detrás de cada nota hay muchos esfuerzos. El interprete se nutre de un uno por ciento de inspiración y un noventa y nueve por ciento de transpiración.
Y tras este pequeño concierto, pasamos a la sala veraniega de cine. Vemos "Un monstruo en París", un largometraje frances del 2011. La historia, levemente inspirada en El fantasma de la ópera, se desarrolla en un París inundado y sus protagonistas tienen unas voces prodigiosas.
Y, por supuesto, es cine con palomitas.
Después de la peli, la super merienda compartida. Gracias a todos por vuestra aportación. ¡Qué bizcochos caseros tan ricos!
Para finalizar nos damos un rápido manguerazo, ya que hace bastante fresquete: el abordaje, la pista deslizante, las pompas, el tobogán acuático y.... ¡nuestro flamante cañón de espuma!. Se han divertido mucho jugando con tantas burbujas. Y, además, se han ido a casa bien limpios.
Os deseamos un feliz verano lleno de buena música.
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