En todas las reuniones ecovikingas hemos convocado al terrible chamán "Eutirox". Cuentan que para adquirir la sabiduría del lenguaje adivinatorio de las runas, fue por dos veces semidecapitado.
Y aunque su cabeza sigue estando sobre sus hombros, cualquiera diría que la ha perdido del todo. Y es que su comportamiento es un tanto alocado.
Cuando apareció tras nuestro canto ritual, nos saludo cordialmente, para luego animarnos a ser dueños de nuestro destino impidiendo el Ragnarök de nuestro maravilloso planeta.
Luego invitó, a cada una de las tripulaciones, a pasar al noble salón de los escudos. Y allí nos inició como ecovikingos y ecovilkingas marcándonos con barro hecho de arcilla negra, hidrogel y sima.
Y finalmente contestó nuestras preguntas con la ayuda de las piedras rúnicas. Bueno, al menos lo intentó. Aunque sus respuestas, como buen chamán, nos llenaron de dudas e incertidumbres.
Tras darnos las gracias se marchó para no retornar más. Pero lo encontraremos en los recuerdos y, tal vez, en la paz de nuestros sueños.
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