viernes, 6 de septiembre de 2019

Adiós a la magia y hola a los Ecovikingos.

Terminamos.

Ha sido un verano muy especial, lleno de hechizos, trucos y abracadabras. El objetivo de todos ellos: conseguir que vuestros hijos e hijas se contagiasen de la ilusión propia del ilusionista.


Pero hoy había que poner el punto final, apuntando lo que será el próximo verano. Es bonito cerrar un cuento sabiendo cual es el siguiente que abrirás.



Comenzamos la mañana con un clásico. En el cine de verano vemos Toy Story, la primera película de esta genial saga con la que han crecido los que andan por el cuarto de siglo. El estreno de Toy Story en 1995 supuso un antes y un después en la animación. La llegada de los juguetes creados por medio de ordenador desterró casi por completo a la animación en dos dimensiones.


Juguetes que, como Pinocho, adquieren vida gracias al cariño de quienes crean mundos a su alrededor. Es nuestro último hechizo, ese que nos lleva "hasta el infinito y más allá".

Después del cine con palomitas, una genial merendola. Como siempre, os damos las gracias por vuestra complicidad. 




Y como todo cambia y se reinventa, viajamos hasta Toy Story 4 y nos fijamos en la Ecomagia de uno de sus nuevos personajes, el genial Forky.  Este tenedor que pensaba que era basura, sucumbió al hechizo de una  ecomagia. Objetos sin utilidad se convierten en un juguete imprescindible.  El mundo y sus habitantes necesitan muchas ecomagias.










Y nos despedimos como solo puede ser. Dando las gracias por vuestra confianza y esperando veros el próximo año en un verano EcoVikingo.

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