Ocurrió una mañana, hacia el mediodía, cuando me dirigía hacia la piragua. Ante mi enorme sorpresa descubrí la huella perfectamente nítida de un pie desnudo sobre la arena. Me detuve estupefacto, como golpeado por un rayo, o como si hubiese visto un fantasma. (Robinson Crusoe).
El Viernes, último día de este pequeño turno, a nosotros también nos asaltó la sorpresa. Apareció una huella con una nota firmada por Friday y una botella donde debíamos meter nuestros deseos como si fuesen mensajes destinados a hacerse realidad.
Pero para ello debíamos aprovechar el tiemp, compartir el juego, el agua y la comida y entender que, aunque seamos diferentes (como lo eran Crusoe y Viernes) podemos trabajar en equipo. A lo largo de la mañana hicimos estó y mucho más.
Y hablando de acción, en esta página del diario de Crusoe os contaremos las manualidades realizadas en las isla durante estos días.
Elaboramos sales de baño con jabón rallado, esencia de plantas aromáticas y sal del mar que bañaba la isla caribeña donde naufragó Crusoe, cerca de la desembocadura del Orinoco.
Con arcilla y cera, fabricamos nuestras propias velas para iluminar la noche.
Y no nos olvidemos de nuestra balsa construida con pinzas y un trocito de tela, parecida a la piragua que, con mucho esfuerzo realizó Crusoe.
Como conocemos el valor del tiempo y que el sol nos da hasta la hora, realizamos un magnífico reloj de sol
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