El más estoico hubiese reído, al verme sentado a la mesa rodeado por mi pequeña familia:alli estaba yo, su majestad el principe asistido por todos mis servidores. Pull, el loro, como si fuese mi favorito, era el único que estaba autorizado para hablarme. El perro, que estaba ya viejo y maltrecho, siempre se sentaba a mi derecha, y los dos gatos, uno a cada lado de la mesa, esperando que de vez en cuando les diera algo que comer.
Nosotros también contamos con una familia animal de la que aprendemos mucho. Ocupan hoy este hueco de nuestro diario por que la familia ha crecido con la tortuga que nos trajo Saul. ¡Es casi más pequeñita que su nariz!
En el tiempo que le dedicamos a los animales del corral, disfrutamos con su compañia y ellos reciben nuestros cuidados: los limpiamos, les damos de comer, les cortamos las uñas y los labamos con mucho esmero.
Contamos con gallinas (una esta empollando unos huevos y tenemos que tratarla con especial mimo), un gallo, patos, conejos, una oveja y nuestro encantador cerdo vietnamita, Gustavo. Le encanta tumbarse y que le cepillen eternamente.
A la oveja, a la que llamamos este año Xury, como un personaje de la novela, le encanta acompañarnos a recojer a los náufragos, a los marinerosy a los caníbales. Esta bastante fresquita (dentro de las posibilidades del sofocante momento) ya que la esquilamos hace un mes.
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