jueves, 9 de agosto de 2012

¡Qué nos den calabazas!

La huerta en agosto es todo un privilegio. Seguimos recogiendo el fruto del trabajo que se ha desarrollado desde mayo, cuando se sembraron las semillas de calabaza, de los pepinos, de los calabacines y de otras cucurbitáceas. Son plantas precedentes la mayoría de ella de los países cálidos del Nuevo Mundo que, hoy día, son un elemento fundamental de la dieta mediterránea.

Y fijaros que pedazo de calabaza nos ha regalado la huerta. Este fruto, como Robinsón Crusoe, ha tenido que luchar contra su propio destino. La tradición había acotado su uso a dos hechos muy dispares entre sí. O bien se utilizaba en la cultura popular como adorno en las noches tenebrosas de Halloween, o se usaba en el lenguaje más coloquial para definir una noche aciaga en cuanto al corazón: el famoso "te han dado calabazas".
Ahora la calabaza es muy apreciada en gastronomía tanto por su sabor como por su gran aporte de nutrientes y sus reconocidas propiedades para la salud. La calabaza puede ayudar en casos de falta de fibra, parásitos y problemas urinarios. 


Cucurbitáceas aparte, en la isla somos muy manitas, nuestras manos no son manojos de pepinos. Lo demostramos pintando las cuentas de arcilla para los futuros colgantes y comenzando a elaborar unos artísticos portafotos con cañas.

Y lo más importante: disfrutamos, convivimos y nos hacemos cada día más amigos.


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