Nos quedamos de piedra con "Leda y el Cisne".

Antes de ponernos manos a la obra, anotamos en este diario del Verano da Vinci que hoy nos despedimos de Adriana, Dani y de un pirata llamado Darío.

El grupo de Los naturalistas ha trabajado con los animales del corral. Luego prestamos atención a la obra esbozada por Leonardo "Leda y el Cisne".  Es el título de una obra perdida del pintor Leonardo da Vinci, de la que se conservan distintos bocetos, copias, réplicas y otras versiones.

Hemos decorado el marco de esta pintura con las cáscaras de los huevos de los que nacieron los hijos que la ninfa tuvo con Júpiter, ese dios pillín que la enamoró bajo el aspecto de un cisne. Mañana les contaremos esta leyenda escrita en las estrellas.

Y nosotros no tenemos cisnes, pero si patos y gallinas como esta que domestican nuestros amigos Antonio y Jose.

En la huerta los Artistas recogieron pimientos, berenjenas y panochas. Es todo un descubrimiento. Unas negras y otras ralladas, todas muy suaves pero con un sombrero de lo más pinchudo; unos rojos, otros verdes, unos lisos y otros retorcidos, todos oliendo a pimiento; es una sorpresa encontrarse los maíces tan amarillos debajo de esas hojas secas que los recubren. Con las hojas del maíz preparamos una cómoda cama para Gustavo, nuestro cerdo vietnamita.

Los Inventores abonaron la huerta, que es lo que toca cuando se va acercando el otoño; aunque este calor no parece un heraldo de esa estación.

Unos y otros se metieron en la cocina para hacer un delicioso batido de vainilla y canela y unos polos de naranja.

Y en el taller del artista imaginamos a Leonardo caminando por la orilla del mar, recogiendo los tesoros de la pleamar. Con algas y piedras de distintos colores y formas hace su autorretrato. Seguimos sus pasos.

Y en el taller de instrumentos musicales seguimos sacando música de un simple tubo. Hoy hacemos unas divertidas trompetas.

Y al final brindamos por todo lo bueno con el exitoso batido.