Ultimo turno Da Vinci.

Es ya septiembre y el aula rural se llena de nuevo de aprendices deseosos de aprender de la maestría de Leonardo Da Vinci.

A lo largo de estos siete días nos centraremos en una de las muchas pasiones de Leonardo, la Música. Adrían ha leído una nota que nos escribe el propio Da Vinci donde, entre otras cosas, nos dice:

Me encantaba cantar, inventar y mejorar instrumentos musicales y tocaba bastante bien la lira de braccio, un instrumento parecido a vuestra viola. Como yo solía decir a mis aprendices:“La música es el alimento del alma y la más brillante de las artes”

Y nos ha regalado una antigua zanfoña un instrumento musical de cuerda, de aspecto externo generalmente similar al de un violín, inventado hace cerca de mil años. Era muy usado en el Renacimiento. Se utiliza dando vueltas a una manivela a la vez que se toca un pequeño teclado. Os mostramos un video de Matthias Loibner para que veáis como suena.


Hoy, además de organizarnos, contar a que nos vamos a dedicar y plantear unas normas de convivencia, hemos hecho los grupos de aprendices: los naturalistas, los inventores y los artistas.

Para no perder la costumbre jugamos con esa tela de colores que con imaginación es el mar, un volcán, la panza de un dragón o la paleta de colores inquietos de un pintor. Pero por encima de todo, es un buen modo de darnos cuenta de que somos un equipo que trabaja coordinadamente.

Tras la merienda, preparamos nuestras carpetas. Y como somos muy apañados, también montamos la de los siete amigos y amigas que se incorporarán el lunes.