lunes, 7 de agosto de 2017

Juanito Manzanas y la furia creativa.



Damos hoy la bienvenida a Carlos y Cristina dos hermanos que no se pierden un verano. ¡Bienvenidos!

Tras la asamblea que marca la obertura del día (la cabra Jara siempre está muy atenta al devenir de la jornada), vimos un nuevo episodio de Melody Time, The Legend of Johnny Appleseed (Juanito Manzanas). Está narrado por el actor y cantante Dennis Day y se basa en la historia del pionero estadounidense John Chapman, mejor conocido como Johnny Appleseed, que se dio un atracón de plantar manzanos por todas partes.

Hoy os contamos que en el laboratorio musical nos fijamos en el ritmo de nuestro incansable corazón, una melodía que nos acompaña desde que flotamos en nuestro primer hogar, la barriga de mama. Podemos conseguir que su tempo cambie de de presto a adagio.




También nos fijamos en como se trasmite el sonido fabricando unos teléfonos con dos vasos. Y algunos han usado los fonendos de embudos como teléfonos, que tanto da.


Mientras tanto, en la huerta hemos recogido tomates deliciosos y hemos elaborado una rica naranjada.

En el taller del Luthier hemos fabricado unas castañuelas con chapas, un pedazo de cartón y mucha imaginación.

Nuestra nube que nos regala lluvia a nuestro antojo, consiguió aliviar el buen calor que hacía hoy.


Y como siempre, terminamos viendo un capítulo de "La Banda de Mozart", en esta ocasión dedicado a la Sinfonía nº 5 en do menor Opus 67 de Ludwig van Beethoven. Desde su estreno (1808) la obra adquirió un notorio prestigio que creció y creció hasta la actualidad. También es conocida como La Quinta de Beethoven, La Sinfonía del Destino o La llama del destino.




Cuando Beethoven la compuso ya estaba llegando a los 40 años, su vida personal estaba marcada por la angustia que le causaba el aumento de su sordera; pero en vez de apagarse su creatividad, entró en un imparable proceso de “furia creativa”. Entre la angustia y la rabia que trasmite su música, siempre se ve la luz, la esperanza.


Sigamos mirando al frente y sembrando arboles, como John Chapman, para que se cuajen de manzanas jugosas que, probablemente, nosotros no vamos a morder; son para nuestros pequeños músicos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario