miércoles, 29 de junio de 2016

Galletas, patatas, helados y una culebrilla ciega.

Cuantas sorpresas para los aprendices de Da Vinci.

En nuestra Asamblea V, Carmen nos ha traído una caja llena de galletas hechas en casa para festejar su cumple. Estaban buenísimas y desaparecieron en un santiamén. Muchas gracias.

Esta mañana nos visitó Juan, el hermano de Pablo, con su enorme sonrisa y sus pelos revueltos. Le encantan los animales y ayudó a María a enseñárselos a Los Aristas. Es muy reconfortante ver la relación que se establece entre grandes y pequeños.

Y vimos la tercera parte de "Érase una vez los inventores" sobre Leonardo da Vinci.


En la huerta, los naturalistas preparamos y etiquetamos unas bolsitas con tila. Ya os hablaremos de su relación con el tornillo aéreo de Leonardo. Además recogimos las patatas, tarea muy divertida.


Cuando estábamos en esta labor, nos encontramos con una culebrilla ciega (Blanus cinereus). Es un animal precioso que observamos con gran curiosidad; parece una lombríz, pero en realidad es un reptil similar a una lagartija que ha perdido las patas y los ojos. Y es que vive siempre enterrada en el suelo alimentándose de pequeños bichejos.

Es exclusivo de la Península Ibérica. Al sostenerla en la mano se enredaba en los dedos como un inquieto anillo metálico de diseño. Después de aprender de ella la devolvimos a la huerta.

Mientras un grupo está con los animales del corral y otro currando en la huerta, el tercero ha realizado juegos tradicionales italianos. Nos imaginamos a Leonardo divirtiéndose como nosotros cuando vivía con su madre, Catalina en Vinci, pequeña localidad situada a pocas leguas de Florencia, a orillas del río Arno.

Catalina era una campesina de clase humilde y con ella pasó los primeros años de su vida hasta que se fue con su madrastra y su padre, Ser Piero da Vinci.

Jugamos a "Lupo delle ore", "Regina, Regina Bella", "Fazzoletto peo peo", "Strega comanda color"...

Os enseñamos en este códice el secadero de tabaco donde meriendan Los Naturalistas y Los Inventores. A los pequeños Artistas preferimos tenerlos más cerquita, en nuestra pérgola. Aprovechamos para hablarles de esta arquitectura tradicional, del cultivo del tabaco y de los cultivos que nos rodean: el maíz y los espárragos.


Al final de la jornada nos refrescamos con los polos de limón y azúcar moreno que habíamos elaborado el lunes. Estaban de rechupete.

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