Leonardo y el "Príncipe de los Ingenios"

Hoy hemos viajado en el tiempo. Si Leonardo da Vinci tuviese la máquina del tiempo entre sus inventos, ¿a quien hubiera querido visitar?

En un viaje hacia el futuro, doscientos años tras el Renacimiento, escuchó hablar de un tal Miguel de Cervantes. Contaban que tuvo una vida muy aventurera.

Fue un soldado, novelista, poeta y dramaturgo español; lo consideraban la máxima figura de la literatura española, universalmente conocido sobre todo por haber escrito Don Quijote de la Mancha. Se le dio el sobrenombre de "Príncipe de los Ingenios". Es evidente que con ese apodo Leonardo debía conocerlo.

Como cumplimos 400 años desde su muerte, le dedicaremos un día del verano. Primero vimos un pequeño fragmento del Quijote que compartimos con vosotros.


Y luego nos metimos en esta inolvidable aventura realizando distintos juegos extraídos de esta novela: manteamos a Sancho, jugamos al hito, tiramos con arco (ballesta no tenemos), corrimos a lomos de Rocinante y desafiamos nuestra habilidad lanza en ristre.

Después hicimos tres talleres. Un taumótropo en los que Sancho y Quijote se empeñan en estar uno junto al otro; un marca-páginas de Cervantes a través de pliegues sencillos de papel; y un molinillo de viento que nos recuerda a ese gigante al que el valiente hidalgo embiste con arrojo e insensatez.

Y después de la merienda nos vimos implicados en un combate naval cerca de la ciudad griega de Návpaktos (Lepanto en italiano). En esta batalla participó Miguel de Cervantes, que resultó herido y perdió la movilidad de su mano izquierda, lo que le valió el sobrenombre de "manco de Lepanto".

Este escritor, que estaba muy orgulloso de haber combatido allí, la calificó como "la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros".

En nuestro caso vivimos este combate entre risas y en remojo: pompas de jabón, al abordaje, la pista deslizante, la batalla de esponjas, la pesca, el tobogán inflable... Una buena  manera de combatir el calor.