Como estos días el calor aprieta, todos nos damos un chapuzón. Los pequeños patos, la oveja de los mil nombres (Catalina, Blanquita, Nieve...) y nosotros. Agua y jabón que con un pelín de pericia se transforman en divertidas pompas. Y con mucho talento en auténtica mágia circense.
Así pues, muy limpitos y también muy trabajadores; tanto en el aula rural como en casa. Como muestra contaros que Gonzalo se preparó su segunda maza el solito para poder hacer auténticos malabares.
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