
Seguimos las enseñanzas de Sigur y nos convertimos en granjeros. Los vikingos dedicaban más tiempo y esfuerzos a domesticar animales y a trabajar la tierra que ha guerrear para conquistar nuevos territorios.



Nosotros limpiamos el corral y damos de comer a los animales. Y disfrutamos de su proximidad.




Además de las cabras, la oveja, el cerdo, los conejos, los patos, gansos y gallinas, nos maravillamos con la ternura de los gatitos.



Y en la huerta regamos, empezamos a quitar algunas plantas como las de los girasoles y echamos el estiércol en la compostera.





Realmente, en Kattevegat, los animales son los auténticos protagonistas.


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