miércoles, 2 de agosto de 2023

Capítulo XVII: Argax, Temperamentnik y el Abismo Profundo.

Seis nuevos retos que debemos superar. Siempre sonriendo y colaborando juntos. 

Tras el ratito de matinal en el que los más madrugadores disfrutan de la tranquilidad mañanera y de las asambleas en las que nos organizamos un poco e imaginamos a algunos personajes, comenzamos a laborar. Os contamos las tareas de estos tres días.

En Animales de Fantasía, disfrutamos de los amigos del corral. Nos acercamos a ellos con respeto y les damos de comer.

Nuestro cordero, la cabra, las gallinas, los conejos y el pato dinosaurio, un ave propia de la interminable imaginación de la evolución natural. 

Cuando tienen las barrigas llenas, nos lavamos bien las manos y preparamos unos deliciosos pinchitos de fruta. Nos acordamos de las deliciosas frutas que comió Bastián al llegar a la Casa del Cambio habitada por Doña Aiuola.  

Entonces fue Bastián quien se rió. Luego mordió la fruta y pudo comprobar enseguida que nunca había comido nada tan bueno. Después se comió otra, y era aún mejor.

—¿Te gusta? —preguntó la mujer, que lo observaba atentamente. Bastián tenía la boca llena y no podía responder; masticó y asintió con la cabeza. Bastián cogió otra fruta, que resultó realmente un placer. Suspiró maravillado.

Y es que comer fruta fresca es sencillamente maravilloso, además de muy saludable.  

Retos de los Seres de Hierba es un espacio para meterse en la piel verde de la tribu de Atreyu, cazadores de los búfalos purpúreos. En esta ocasión realizamos distintas pruebas de fuerza y puntería.

Lanzamiento de jabalína, tiro con arco y lanzamiento de pesos. 

Y en el Taller de los Dos Colonos nos dejamos llevar por el espíritu práctico de Urgl, una gnoma que salvó la vida de Atreyu y Fuyur de la mordedura del terrible Ygrámul. Realizamos jabón de glicerina adornado con flores de nuestra huerta. Es muy sencillo. 



El primer paso para hacer este jabón será derretir la glicerina; para ello, corta la pastilla grande en pequeños trozos y colócala en un recipiente al baño maría. Deberás remover bien la sustancia para que no se formen burbujas. 

A continuación, deberás añadir el aceite esencial que más te guste para que aromatice el jabón casero a base de glicerina. Puedes escoger el aceite que prefieras y, así, dotar a tu jabón de glicerina de un perfume delicioso además de propiedades muy favorables para el cuidado de tu piel.

El siguiente paso será volcar la mezcla de glicerina en el molde de silicona una vez los ingredientes estén bien mezclados. En los moldes colocamos unas hojitas de espliego. Ya solo resta dejarla reposar hasta que veas que la pasta se ha enfriado completamente y desmoldarlo.

En Arte en Fantasía estamos recreando distintos lugares donde ocurren las aventuras de la Historia Interminable. Hace un ratito hablamos de Ygrámul; pues nos detenemos en Las Montañas Muertas y el Abismo Profundo en el que habita.

Ante él se abría el Abismo Profundo. El espanto grandioso de aquella vista no puede describirse con palabras. A través de la región de las Montañas Muertas, la tierra se abría en una brecha que tendría quizá media milla de anchura. Su profundidad no podía determinarse. Atreyu estaba al borde de un saliente rocoso y miró hacia abajo, a las tinieblas, que parecían llegar hasta el fondo mismo de la tierra. 

Cogió una piedra y la lanzó tan lejos como pudo. La piedra cayó, cayó y cayó hasta que se la tragó la oscuridad. El Abismo Profundo discurría en línea quebrada a través del desierto de montañas y, naturalmente, en su borde no había ningún camino, solo se alzaban torres de piedra. 

Ygrámul, en forma de araña horror de los horrores, lo representamos con un contorno relleno de café. El cielo y el abismo lo coloreamos con distintos tonos de gris. Las rocas que enmarcan el abismo las haceos con cartón marrón ondulado. Finalmente la tela la trazamos con hilos de algodón. 

El Taller de los Personajes Interminables lo dedicamos a Argax, el mono gris de la Ciudad de los Antiguos Emperadores.

Bastián se volvió y vio, en un saliente de la pared (que era la parte inferior de un mirador colocado al revés) a un monito gris. El animal llevaba un birrete negro de doctor del que colgaba una borla y parecía diligentemente ocupado en contar algo con los dedos de los pies. Luego miró irónicamente a Bastián y dijo: Perdona, sólo estaba contando algo rápidamente.

Hacemos un portalápices con un rollo de cartón del papel higiénico, un posavasos también de cartón y una plantilla que hemos diseñado para tal fin. El resultado es una "monada".

Y por último, en la Biblioteca de Amarganz, realizamos un curioso marcapáginas para libros grandes. Es un Troll de Cuatro Cuartos. Lo hacemos también con una plantilla original, pegamento, tijeras y un poco de paciencia. 

Tenía un cuello desusadamente largo, sobre el que se asentaba una cabeza de cuatro rostros, que miraban uno en cada dirección. El primero tenía una expresión alegre, el segundo colérica, el tercero triste y el cuarto soñolienta. Cada una de las caras era rígida e inmutable, pero él podía hacer girar hacia delante la que correspondía a su talante del momento. Se trataba de un troll de cuatro cuartos, llamado también, en algunos lugares, temperamentnik.

Como aparece en la manualidad, la lectura nos ayuda a controlar el temperamentik que llevamos dentro. Una correcta gestión de las emociones nos abre muchas puertas en la vida. 

Pero antes de liarnos con el recortable, vemos, con un buen bol de palomitas, el tercer capítulo de la serie animada canadiense de los 90 sobre La Historia Interminable.


Estas serán las ocupaciones hasta el jueves y después... ocurrirán nuevas historias que deberán ser contadas en otra ocasión.  

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