En esta escuela de verano intentamos mantenernos bien fresquitos. Muy a menudo visitamos la Piscina Municipal. Los pequeños van los martes y jueves y los mayores los lunes y miércoles. Disfrutan de un curso impartido por nuestro gran monitor de natación Antonio. De esta manera la piscina no solo es un pasatiempo fresquito, sino un espacio para mejorar nuestras habilidades acuáticas. Y los viernes también son para el chapuzón, pero en esta ocasión con los juegos de agua llenos de risas y afecto.
Y nos endulzamos la vida con batidos, como el de plátano que hicieron nuestras pulgas, y tartas como la que trajo Pablo para celebrar su cumpleaños.
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