Al llegar, echando mano de nuestra imaginación, nos llevamos la desagradable sorpresa de que nuestro apreciado zoótropo había sido robado por las urracas.
Nos ponen a prueba: para saber donde han escondido lo robado, debemos alzar al Robot sin Historia. Ello solo será posible si jugamos a recorrer los géneros del cine y aprendemos a elaborar nuestro propio zoótropo.
Y nos lanzamos a la aventura. Realizamos juegos que tienen relación con las pelis de indios y vaqueros, con los musicales, el drama y la comedia, el terror y el misterio, el cine mudo y, como no, el cine de acción.
Tendremos que lanzar flechas con un arco, seguir una coreografía, realizar sombras terroríficas, averiguar la silueta de un asesinado y distintos acertijos, caminar como Charlot, declamar una frase de "Lo que el viento se llevó" (¡A Dios pongo por testigo que nunca más volveré a pasar hambre!) a vadear un río repleto de cocodrilos, a pasar un viejo puente de madera, a saltar entre edificios y a caer herido por una catarata de vértigo. Y superamos todas estas pruebas. Y como podéis ver nos resulta más fácil reír que llorar.
Ya podíamos levantar al gran "Robot sin Historia". Y esto si que fue una aventura real. En la nota que portaba nos indicó el lugar donde reposaba el zoótropo: el tronco centenario del pino que dio nombre a este paraje.
Y conseguimos unas chapas muy chulas y el propósito de hacer cada uno en su casa un pequeño guión que sirva de historia para este robot. Ánimo y a escribir.
¡Ha dado juego la historia de la Urraca!
ResponderEliminarEnhorabuena.