Los aprendices de hortelanos, bajo la atenta mirada del espantapájaros de los libros, están dejando la huerta preciosa: quitando malas hierbas, plantando pimientos (reponiendo los que se comió la bribona oveja) y recogiendo patatas de cuento que pronto disfrutareis en casa; por cierto, que no os engañe su tamaño, sabeis que los mejores perfumes estan contenidos en pequeños recipientes.
Hoy les tocó a los más pequeños y curraron sin descanso con la ayuda de Pascual y Patri.
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