Tras un breve punto y aparte comenzamos un nuevo apartado de este códice en el que describimos las venturas de los aprendices de Leonardo da Vinci.
En la asamblea inicial, leemos una nota que parece haber viajado en en tiempo, una nota descolorida como los pergaminos de su autor, el mismísimo Leonardo da Vinci. Dice así:
Queridos aprendices:
Son muchos los viajes que he realizado, muchos los lugares y los tiempos visitados. Mi ingenio alocado me llevó a imaginar mil inventos, muchos de ellos imposibles de realizar en mi época. Soy un hombre del Renacimiento, aunque mi mente voló mucho más lejos, llegando más allá del horizonte que separa el presente del futuro.
Pero voy a presentarme. Soy Leonardo da Vinci. Me llaman así por que nací, hace casi 600 años, en 1452, en Vinci un pueblo de Italia. Como hombre del renacimiento soy capaz de hacer muchas cosas: soy pintor, escultor, ingeniero, inventor, arquitecto, urbanista, botánico, músico, anatomista, cocinero, filósofo, humanista, naturalista, caricaturista…
Con tanto trajín no es de extrañar que no me centrara. Afortunadamente me dio tiempo de dibujar la más fantástica y extraordinaria colección de inventos jamás soñada.
Tenéis una gran responsabilidad. Tendréis que cuidar “El cielo de los inventos”: los pergaminos de diez de mis mejores invenciones. Muchos son los que envidian mis ideas. Cuidaros de ellos.
Y además protegeréis mi máquina del tiempo y mi teletransportador, dos inventos inéditos que nadie conoce. ¡Sorprendidos! Muchos son los misterios que rodean mi persona… Pero para protegerlos deberéis aprender mis artes, mi modo de observar el mundo que me rodea.
Suerte y no olvidéis pasaros por mi taberna a tomar un delicioso almuerzo, “la Enseña de las tres Ranas”.
Una vez situados gracias al saber escuchar y al poder de la imaginación, echamos a caminar. Contamos las cosas que iremos realizando y las normas que nos rigen. Todas ellas parten de una frase de Leonardo:
"Quien de verdad sabe de qué habla, no encuentra razones para levantar la voz".
Como los niños tienen una visión de la realidad adaptada a sus circunstancias, más simples y clarividentes que las nuestras, ante esta frase un niño comento en voz baja y con la mirada perdida "¿Y si está lejos?". Por lo tanto debemos añadir a la frase de Leonardo... a no ser que esté lejos y no podamos acercarnos.
Luego hicimos los equipos (naturalistas, inventores y artesanos) y nos instalamos. Fue también el momento de ponerle cara al más famoso cuadro del maestro, La Mona Lisa. Y realizamos algunos juegos de presentación para irnos conociendo.
Antes de merendar vimos un par de vídeos para enfocarnos en este genio y meternos en su prodigiosa mente.
Contaros que, como es tradición, trabajamos la idea de equipo jugando con nuestra tela de colores.
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