
"... imagine una máquina del tiempo ahora hecha realidad. Y al usarla he abierto una puerta espacio temporal entre la Florencia del siglo XV y este rincón de la Vega en el siglo XXI.
En esta ocasión un aprendiz que no duró ni un día en mi taller por su incapacidad para el arte ha robado mis colores. Parece que envidiaba a Salaino, mi aprendiz preferido. Aunque era obstinado, glotón y embustero, era hábil con el pincel y un buen modelo para algunos de mis cuadros.
La pretensión de este Dentuzio Pasmarotti es que mis cuadros pierdan sus colores y por lo tanto desaparezcan. Pero como es bastante inútil, ha perdido el mapa donde indica donde los ha escondido.
Os lo dejo para que vosotros seáis capaces de orientaros y recuperéis mis pigmentos. De ese modo salvaréis mi legado artístico.
Mucha suerte y confío en vuestro buen sentido".
Así pues este viernes y el lunes siguiente tendremos que salir a la aventura y buscar los pigmentos robados.


Nosotros observamos estos dos ángeles y nos preguntamos ¿Qué se cuentan los ángeles uno a otro? Imaginamos y escribimos su conversación.

Los Inventores en la huerta sembraron rábanos, recogieron moras e hicieron una rica mermelada de mora.

Después de trabajar con los animales ponemos a prueba nuestra imaginación. Uno de los manuscritos de Leonardo da Vinci incluido en el “Tratado de Pintura” explica cómo hacer para que un animal fingido parezca natural.

Aprovechamos para enseñaros un prototipo del planeador que han hecho Los Naturalistas con el que intentarémos "volar" la semana próxima. También os enseñamos un puente flotante que realizamos en el taller del inventor con corchos y pinzas. Recordamos así que Da Vinci era un gran ingeniero.
Al final de la mañana nos zampamos los polos de sandía que estaban buenísimos.
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