El ruido no es música

En esta escuela de verano donde la música es la protagonista, hay que hacer un hueco al silencio y al ruido. Esta semana estamos dedicando parte del Laboratorio Musical a experimentar con el ruido.


En la obertura nos ha sorprendido la imaginación desbordante de Alonso. Nada más llegar, muy serio, nos ha pedido papel y lápiz para escribir una composición musical que se le ha ocurrido al levantarse.

Y otra sorpresa: Lucia nos ha regalado por su no cumpleaños un bizcocho y una tarta de queso que hizo con su madre por la tarde. ¡Muchísimas gracias de parte de todos!

En la huerta recogimos pimientos. Después de quitar hierbas por un tubo, los usamos para realizar nuestras maracas de semillas.





Y en la cocina, terminamos el piano de chocolate blanco, negro y cereales. Los restos nos los zampamos al final de la mañana. También elaboramos unos polos de tres cítricos (naranjas, mandarinas y limones).

Mientras tanto, en el laboratorio musical experimentamos sobre un contaminante tan escandaloso como fantasmagórico: el ruido. Hacemos distintos juegos y conocemos que es un sonómetro.


Tras la merienda, con la tarta de queso y el bizcocho en la barriga, seguimos rapeando. Os presentamos a "Los Trotamusicos" interpretando el improvisado Rap de la sopa. 

Hemos dedicado un rato a jugar con la música. Algunos de ellos: descubrir al cascabel, danza con globos, tren de globos o duelo con la voz.



Y Musicalia construyó su peonza con los Cds y los pianos de pulgar.



Hoy antes de la meriendo mostramos dos grupos musicales que trabajan con instrumentos por ellos inventados.

Vibra- tó es un proyecto didáctico-musical interactivo en el que dos músicos-pedagogos multiinstrumentistas andaluces interpretan composiciones propias y músicas del folclore universal con instrumentos insólitos, no convencionales y fabricados con materiales de desecho. Recogedores de los que salen melodías milenarias, regaderas en clave de jazz, latas convertidas en guitarras y panderos, botellas, embudos, peines, tubos… ¡todo suena!



Un conjunto de latas, cartones, juguetes viejos, instrumentos rotos, cubetas, entre otra cantidad de desechos utilizados de forma adecuada, le fueron suficiente a este grupo de músicos mexicanos para formar, desde el 2008, la Orquesta Basura.