El juego y la música son una mezcla perfecta para divertirnos y potenciar capacidades y habilidades sociales. Todos estos días, unos u otros, hemos jugado de un modo dirigido con la música y la expresión corporal como protagonistas.
En la obertura nos organizamos, leemos las libretas viajeras y hablamos de la ópera de Gioachino Antonio Rossini, concretamente del "Barbero de Sevilla", contando un poco de que va la historia de Almaviva, Risina, Bartolo y Fígaro.
En la huerta "La Banda de Mozart" plantó lechugas y escarolas, además de recoger moras.
Luego, terminamos y envasamos la mermelada de pera, preparamos una tapa de tomates cherry y elaboramos polos de limón para mañana.
Mientras tanto, "Musicalia" escuchaba la música de sus casi recién estrenados corazoncitos.
"Los Trotamúsicos" se hacían amigos de la cabra Jara y elaboraban su tambor giratorio en honor a Mora y su pasión por las moras.
Tras la merienda, los mayores jugaron con la música: encontrar por el sonido, tararear una canción con un sonido predeterminado, coreografía creada e improvisada, baile del rombo, baile con consignas, baile con partes del cuerpo, pegados por..., marionetas musicales...
Y los pequeños y pequeñas se hicieron sus instrumentos de viento y percusión (perdonen las molestias).
Terminamos la mañana tomando una limonada natural y unos tomates cherrys con una pizca de sal.
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