
Venido de misteriosas tierras, se presentó ante nosotros. Dicen que intentaron cortarle la cabeza dos veces sin éxito y que de su cuello salió volando una mariposa.

Portaba el cetro mágico, huesos de dragón y las tres llaves de la adivinación. Se las regalaron las Normas, espíritus femeninos protectores del árbol de la vida: Urd dueña de lo que ha ocurrido, Verdandi dueña de lo que ocurre ahora y Skuld dueña de lo que debería suceder.

En el salón de los escudos se manifestó ante las tres tripulaciones, echando las runas a los vikingos y vikingas deseosos de obtener respuestas a sus incertidumbres. ¿Me casaré? ¿Voy a tener muchos novios? ¿Veré hoy a mis primos? ¿Voy a tener una vida llena de éxitos? ¿Seré un gran karateka? ¿Trabajaré en algo emocionante?
Y Atreyu, haciendo honor a su nombre, un tanto atemorizado pregunto ¿Dónde está el mundo de la fantasía?
Eutirox echó un trago de hidromiel, nos dio su bendición y desapareció por los caminos de Kattevegat.
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