En sus viajes por el mundo, nuestro cocinero se fijaba en los pucheros y en los ingredientes de otras cocinas para él exóticas. Tal vez, cuando llegaron a América, se enamoró de las patatas. Y al pasar por el mediterráneo, no olvido atesorar el aceite de oliva y el pimentón.

La receta:
En un plato ponemos las patatas bien limpias y sin pelar, partidas por la mitad. Entre ambas mitades colocamos unas ramitas de romero y un poco de sal.

Las envolvemos con papel film para luego meterlas en el microondas unos 10 minutos a tope de potencia. Las sacamos con cuidado y, cuando enfríen un poco, les quitamos el plástico, las abrimos y le añadimos un poco de pimentón dulce y un chorrito de aceite de oliva. Los más atrevidos, puede poner pimentón picante. Esta es la modalidad "patata al dragón Nidhogg".


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