martes, 14 de agosto de 2018

La cenicienta que no quería comer perdices


Terminamos la cuarta aventura de "Un Verano para Valientes". Por última vez hacemos un camino de ida y vuelta que nos sumerge en un universo de mujeres extraordinarias con las que nos enredamos poniéndolas en valor.


Comenzamos la asamblea entre los libros de computación de Margaret Hamiltón. Era ingeniera y dirigía el equipo que programó el código que permitió a la nave Apolo 11 aterrizar a salvo en la superficie lunar. El alunizaje fue aclamado en el mundo como "un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad". Pero nada de eso habría ocurrido sin las extraordinarias habilidades de programación y la serenidad de esta mujer.



En la primera parte de la mañana hacemos un marca-páginas con nuestras huellas dactilares y un estampado con esponjas cooperativo, que luego dividimos en trocitos para compartirlo entre todos elaborado. Cooperar y compartir, dos palabras básicas en este rincón de la Vega.

Y la merienda de este día sigue ese mismo criterio: lo que traemos se lo ofrecemos a los demás, disfrutando así mucho más del almuerzo. Gracias a las familias por vuestra complicidad.


Terminamos la mañana con un magnífico concurso de retos por equipos.


Y finalizamos como comenzamos, con cuentos de todos los colores. Esta vez: "La cenicienta que no quería comer perdices". Cuenta la historia de una chica atípica que decide romper con los moldes. Una cenicienta moderna que se separa de su príncipe y comienza una nueva vida, valiéndose por sí misma.

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