
Ayer, jugando con la carioca Columbiad con su nieta, la lanzó con tanta potencia que alunizó en el tejado. "¿Podrías volver a hacerle una carioca a Corina y otra a Jesús que ese día estuvo enfermo?" Nosotros encantados le preparamos una carioca a cada nieto y una tercera para el abuelo.
¡Qué gusto da saber que los abuelos comparten juegos y risas con sus nietos!
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