Iniciamos la jornada festejando el cumple de Pablo. Sopló las velas encima de el primer calabacín del verano. Y como veis a los vernianos nos gustan los acertijos ¿cuántos años cumple?
Si le seguimos la pista a la tripulación del Columbiad, veríamos que dedicaron un rato a los mensajes ocultos: (1) escribir con zumo de limón y luego poner en manifiesto la tinta invisible con la ayuda de un microondas; (2) tapar el signo secreto con rotulador y luego hacerla aparecer metiendo el extremos del papel en alcohol.
Después nos ocupo las danzas del mundo y el yoga. Algunos de los tripulantes necesitarían practicar diariamente ejercicios de flexibilidad, que parece que se han tragado un palo.
Y tras la merienda, el manguerazo.
Esta vez superamos una serie de pruebas a las que el capitan Nemo somete a su tripulación: deslizarse por una superficie llena de babas de calamar, saltar sobre una esponja de mar gigante y chorreante, realizar un circuito de remojones o sumergir la cabeza en un barreño.
Tras este ajetreado día, en el que de vez en vez nos zampamos una mora, los vernianos se despiden de todos nosotros.
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