Los merecedores del Ayrun abandonaron el Mar de Hierba el viernes pasado y hoy atraviesan las puertas mágicas otros niños o niñas para convivir como fantasios.
En las tierras del mítico Atreyu llegan guiados por el invisible fuego fatuo y los recién llegados pasa a formar parte de los Comerrocas, los Silfos Nocturnos y los Diminutenses. Para reconocer sus tribus llevaban el colgante de la bicicleta, el murciélago y el caracol de carreras.
Colocamos nuestras cosas y nos organizamos en las asambleas. No nos olvidamos de colocar cada objeto recuperado en su sitio.
Y aparece el primer ser extraordinario, uno de los dos Colonos, el gnomo Énguivuck. Nos da la bienvenida a nuestro nuevo hogar y nos explica los retos que nos esperan. Trae consigo un gran mapa de Fantasía que deberemos custodiar, así como la luz de la curiosidad por el conocimiento. El es especialista en el Oráculo del Sur, pero ahora está dedicado a otros asuntos.
Además nos deja al pequeño Falkor, la descendencia del famoso dragón de la suerte Fuyur. Antes de marcharnos nos hace un breve resumen del libro infinito en el que hemos entrado, la Historia Interminable de la que todas y todos participamos.
Luego nos cuentan dos aspectos que regirán nuestros destinos: el lema del reverso del Auryn, "Haz lo que deseas" y la historia de la comunidad de los yskalnari donde había armonía, pero no amor. Estamos decididos a convivir con los diferentes.
Después conocemos el lugar donde nos encontramos, repleto de rincones que esconden futuras sorpresas: la espada Sikanda, el Templo de las Mil Puertas, el Árbol de los personajes sin fin, la Casa del Cambio, la Biblioteca de Amarganz, el Taller de los dos Colonos, las Tres Puertas Mágicas, la Huerta de Aiuola,... Y tras la merienda realizamos tres actividades con las que iniciamos los retos que nos aguardan.
Preparamos un documento donde iremos sellando las actividades superadas. Ponemos nuestro nombre con letras recortadas, usando como inicial una de las letras de apertura de los capítulos de la Historia Interminable.
Además realizamos un portarretratos donde aparece el mapa de Fantasía y un dibujo que hacemos de la nada con carboncillos y algodones. Aunque algunos fantasios con mucha fantasía imagina que son trocitos de delicioso chocolate.
¿Y a qué foto va destinada? Pues a la que nos hemos hecho con el pequeño Fuyur delante del mapa del mundo en el que nos aventuramos.
Y comienzan a viajar nuestras libretas "Historias sin fin".
Lo que ocurrirá a partir de ahora es otra historia que en su momento será contada...
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