Anotamos en el diario que hoy nos hemos dividido. Un grupo ha navegado hasta una isla cercana en el archipiélago de Churriana de la Vega bañada por las aguas de la piscina municipal. 
Nos hemos hermanado con los indígenas del lugar que nos han obsequiado con collares, pulseras y una preciosa caracola. Nosotros los agasajamos con unos conejos, unas tortugas, dos totems y con una actuación de Luisón Crusoe en persona.
Y después a disfrutar de la piscina.
Mientras tanto, en nuestra isla, además de la jornada de cine, nos hemos convertido en artistas.
Elaboramos unos preciosos marcos de fotos realizados con distintas arenas de palya y cortezas. Quedaron realmente bonitos.
Dimos rienda suelta a los instintos creadores y nuestra energía la transformamos en golpes de color; realizamos unos cuadros abstractos lanzando esponjas empapadas en pintura. Una locura muy divertida que dio como resultado unos lienzos a los que tendrán que buscar un hueco en algún museo de pintura contemporánea.
Además nos comimos las palomitas en el cine, el pan de salvia y tomillo que habíamos hecho ayer y los polos de limón.
Y hoy llegó a nuestra isla un nuevo náufrago. Dice llamarse David y es tatatataranieto de Robinsón Crusoe. Es un tipo genial dotado de cualidades sorprendentes; por ejemplo es capaz de comerse el helado sosteniendolo con el pie
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