Y después a disfrutar de la piscina.
Mientras tanto, en nuestra isla, además de la jornada de cine, nos hemos convertido en artistas.
Elaboramos unos preciosos marcos de fotos realizados con distintas arenas de palya y cortezas. Quedaron realmente bonitos.
Dimos rienda suelta a los instintos creadores y nuestra energía la transformamos en golpes de color; realizamos unos cuadros abstractos lanzando esponjas empapadas en pintura. Una locura muy divertida que dio como resultado unos lienzos a los que tendrán que buscar un hueco en algún museo de pintura contemporánea.
Además nos comimos las palomitas en el cine, el pan de salvia y tomillo que habíamos hecho ayer y los polos de limón.
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