Hoy, al reunirnos en la asamblea, nos encontramos con dos sorpresas. Nos dieron y nos quitaron.
Recibimos un presente de la Isla de Elca, situada en el archipiélago de los Ogíjares, donde un grupo de naufrago pasan parte del verano. Hasta allí conseguimos mandar un totem fabricado por nosotros y, en respuesta, nos enviaron unas cerbatanas con las que jugaremos el último día. Muchas gracias.
Pero también nos quitaron. Con anterioridad Xury nos robó el saco de semillas y Viernes se apodero de las monedas que Robinson guardaba a pesar de no tener valor alguno en la isla. Hoy Selkirk y Pedro Serrano se han llevado el saco de pólvora. Todos ellos parecen tener deudas pendientes con Robinson o con su creador Daniel Defoe. En fin, veremos a ver como acaba todo esto.
Volviendo a nuestros quehaceres cotidianos en la isla, los náufragos han trabajado hoy con unos pequeños animales que, a pesar de su aspecto y simpleza son de gran utilidad. Convierten el estiércol de los animales en un excelente abono. Son las lombrices rojas. Os prometo que luego se lavaron muy bien las manos.
Y en la huerta los marineros nos sorprendieron con la recolección de un peculiar cultivo: brotes de distintas semillas (lentejas, alfalfa y rabanitos) que nos los comimos encantados con un poquito de aceite, sal y vinagre.Los rabanitos picaban un poco; llevarlos a la boca era una aventura.
También jugamos con piedras. Viernes nos enseña que con cualquier objeto, por simple y lejano a las ludo-tecnologías, nos lo podemos pasar fenomenal. Solo se precisa ganas de divertirse y un poco de imaginación.
En el taller de novela hicimos unos fetiches protectores de los árboles realizados con piedras, cortezas, lana de Cata (nuestra oveja) y piñas.
Y Pablo sopló sus nueve añazos que los cumplió ayer.
Le improvisamos una deliciosa tarta de tomate.
¡Muchas felicidades!
No hay comentarios:
Publicar un comentario