Hoy debemos también anotar que por fin empleamos el torno para la tarea que tiene asignada: moldear la arcilla. Y fue un gustazo meter las manos en el barro y notar que la presión de nuestros dedos daba forma a la pella de arcilla. Disfrutamos de una auténtica inmersión en la alfarería; terminamos de barro hasta las orejas.
Los naufrago lanzaron sus barcos a las caudalosas aguas de la Acequia Tarramonta. Fue muy emocionante observar las tartesias y rescatar los barcos al final de su itinerario.
Y nos llevamos la encina que plantamos el primer día del turno; el tiempo ha pasado y la isla mediterranea ha ganado en verdor.

BONITO AGRADECIMIENTO A UNA NAUFRAGA A LA CUAL LE HA COSTADO UN POCO ARRIAR A LAS PLAYAS DE LA ISLA DE ROBINSON, TODO HA SIDO MAS FACIL GRACIAS A LOS VALEROSOS MARINEROS QUE LE GUIAN EN ESTA AVENTURA.
ResponderEliminarIGUAL AL FINAL LE CUESTA ABANDONAR LA ISLA.
GRACIAS.