Finaliza el Capítulo IV

Pues hoy hemos escrito las última locuras de este capítulo de "Alicia en la Vega de las Maravillas". 

Nada más encontrarnos en este rincón veguero poseído por el espíritu de Carroll, apareció el camaleónico Sombrerero Loco. Quien tiene el atrevimiento, el desatino o la imperiosa necesidad de ponerse una peculiar máscara veneciana, se transforma en este maravilloso personaje. 

El Sombrerero nos ha felicitado por nuestros diez días en el Mundo de Alicia y nos ha traído el certificado de estar locos como él, de sonreír como su amigo el Gato de Cheshire y de aprovechar el tiempo como el frenético Conejo Blanco. 

Y nos invita a jugar con dos elementos básicos en estos cuentos de nuestro amigo Lewis, las piezas de ajedrez en "A través del espejo" y las cartas en "Alicia en el País de las Maravillas". 

Tras reírnos mucho con este alocado personaje, nos ponemos a jugar. 

Los bolos y aguzar la puntería con torres, caballos, alfiles y peones. 

Mantear los peones blancos y negros y las carreras locas con los naipes de Wonderland. 

El paso del puente y adivina qué pieza se esconde bajo el mantel.

Y tras tanto movimiento de piezas y robos y descartes de cartas, la esperada merienda compartida. 

Muchas gracias por tantas ricas viandas que hemos disfrutado entre todos, especialmente por esas delicias hechas en casa con vuestro tiempo y cariño. Hemos montado una buena merienda de locos. 

Y para finalizar, tras un poquito de fiestuqui, preparamos los certificados. Coloreamos el gato que representa nuestra sonrisa y dibujamos la cara del Sombrerero, ese horizonte de imaginación que todos y todas debemos pretender. 

También colocamos la huella dactilar en el reloj del Conejo Blanco, que nuestro tiempo es único y debemos vivirlo con intensidad.   

Al final, danzamos la contradanza pero ahora "contradanzada" y nos tomamos nuestros polos de té. Deliciosos y refrescantes, el mejor modo de llevarnos la esencia de esta historia en el paladar. 

Terminamos agradeciendo. Que palabra tan importante y tan poco usada. A todos vosotros y vosotras por vuestra confianza y complicidad. Y a Elvira y a Emma por esos maravillosos medallones que nos ha regalado. 

Os deseamos un viscoleante verano y que rijais por la soleá con paso decidido y bien acompañado.