Y comienza el Capítulo IV

Ya son cuatro veces las que perseguimos al conejo blanco y nos atrevemos a entrar en su madriguera; cuatro veces las que nos subimos al aparador para atravesar el espejo y encontrarnos al otro lado. 

Y lo primero que hacemos es organizarnos un poco: los grupos, los lugares de las asambleas matinales, colocar nuestras cosas, el baúl de Alicia, el árbol de la merienda más loca y seleccionar los objetos para reutilizar cada uno en su contenedor. We are all mad here to reuse.

Los grupos son: Los Conejos Blancos, Los Gatos Sonrientes y Los Sombrreros Locos.

Y aparece un rejuvenecido Sombrerero Loco, tomando el té y portando una vieja maleta.

Nos saluda y nos invita a una merienda muy particular, esa en la que todos y todas terminan contentos y con un regusto dulce en la boca. Pero para ello debemos dejarnos llevar por las maravillosas páginas de "Alicia en el país de las Maravillas" y de "A través del Espejo y lo que Alicia encontró allí". 

Nos deja unas láminas con las que podremos contar cuales son las actividades que realizaremos, antes y después de la merienda: La Huerta de las Flores Vivas, Los Juegos del Espejo, El Corral de la Oveja y su Madeja y los talleres de La Oruga, La Falsa Tortuga y El Cerdo que Estornuda. 

Y como lo fundamental es disfrutar juntos y colaborar en todo, jugamos cooperativamente con una capa de colores.

Tras conocer el lugar y tomar un refrigerio, realizamos una ronda de tres actividades:

Un divertido marcapáginas de Alicia a la que se le estira el cuello hasta parecer una peligrosa serpiente.

Una chapa del enigmático Gato de Cheshire que aparece como un medallón dorado en la contraportada de la primera edición de Alicia. Y un laberinto, que más de uno aparece en este cuento. 

Además, jugamos a las sillas musicales pero, en esta ocasión, simulando la infinita merienda donde el Sombrerero, el Lirón y la Liebre de Marzo toman el té. Los que van siendo eliminados, eligen gorro y se hacen una foto junto a nuestro gran libro del Mundo de Alicia.