Las runas vikingas decían que eran signos mágicos. Tal vez, pero sobre todo eran un medio de comunicación escrito como cualquier otro.
Con el primitivo alfabeto rúnico, denominado futhark, ponemos nuestro nombre y decoramos un colgante realizado con pasta de moldear.
A Mario el Chamán le echó las runas y vió en ellas dos cosas extraordinarias. Le anunció que en breve le ocurrirían dos acontecimientos que siempre recordaría: uno de sus dientes abandonaría su morada y subiría la montaña más alta de la Península. Y ese fue su destino.
José y Antonio ya veteranos este es el 7mo verano creo que van, y cada verano vuelven con más ilusión y contentos con susc rúnicos ����
ResponderEliminarMe alegra mucho saberlo. Es genial que los chicos y chicas repitan varios veranos y seamos capaces de engatusarlos con nuestras aventuras. Dales y beso grande de nuestra parte.
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