La elaboración del papel.

Freydis nos cuenta que la era vikinga comenzó en el año 793 con el ataque al monasterio inglés de Lindisfarne. Uno de los objetos que trajeron de allí fue el papel donde escribían los monjes.

Aquel fue un gran tesoro que atrajo su atención, el mejor de todos los botines.

Como buenos ecovikingos, nosotros elaboramos papel reciclado con un complemento de fibras vegetales y colocaremos símbolos rúnicos en el.

¿Cómo puedes hacer papel reciclado?

Corta en trozos el papel usado. Échalos en un barreño con agua caliente, añade un buen chorreón de cola y bátelos hasta obtener una pasta espesa. Añadiremos también alguna fibra vegetal, concretamente hojas de acelgas. Posteriormente extrae parte de la pasta y rebaja el resto echando más agua.

Luego coge los bastidores (dos marcos de madera, uno de los cuales lleva una maya plástica grapada a modo de fino tamiz) y dispón uno sobre el otro de forma que la maya quede entre los dos marcos. Introdúcelo en el barreño con la pasta de papel rebajada. Al sacarlo deja escurrir el agua y retira el bastidor superior.

La lámina de pasta queda dispuesta sobre la maya del bastidor inferior. Coloca una bayeta encima de la lámina de pasta de papel y voltea el bastidor, de modo que, al retirarlo con cuidado, dejemos la lámina de pasta de papel sobre la bayeta.



Procede de este modo varias veces, colocando unas bayetas sobre otras. A medida que vas haciendo láminas, añade pasta a la mezcla para que no queden excesivamente finas.




Luego prensa bien todas las bayetas para extraer el exceso de agua de las láminas de pasta. Por último, trasfiere la lámina de pasta a un papel usado y déjala secar. Cuando haya perdido casi toda la humedad, plánchala bajo una tela.

Y ya tienes listo tu papel reciclado.