Y así, tras organizarnos un poco, conocer el lugar y colocar los objetos que hemos traído para realizar los talleres y llenar de tesoros nuestro museo del mar, nos atrevemos a convocar al lobo marino más misterioso, el Holandés Errante.
El nos explica el porqué nos hemos reunido, bautiza a los capitanes de tripulación con agua de mar, nos muestra un mapamundi donde observamos los océanos de los que no se puede separar y nos muestra la bandera de Aquátika (una carpa que ninguna red a la deriva, ni ninguna marea negra puede atrapar).
Además, nos lee una maravillosa poesía de Gloria Fuertes, "Marinero sin tierra".
Tras el almuerzo hacemos un portarretratos muy simpático de un tiburón lleno de dientes y buenas intenciones.
Nos retratamos en una peculiar manifestación marina y simulando el mayor de los pánicos.
Y finalmente escribimos deseos en un papel que introducimos en botellas que navegarán por el mar de la imaginación, ese que está llenos de formas y colores.
Poco a poco os iremos contando el rumbo de los acontecimientos. Los vientos nos serán favorables. Por que al comienzo bailamos una danza que trae fortuna a los marineros "La Ola Marina" y al final nos despedimos con el lema de Aquatika. "Por las barbas de Neptúno...."
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