Freda nos ha enseñado a realizar magníficos anillos de cuerda y piedras preciosas. Lo fabricamos con unos aros de tubo corrugado en los que enrollamos con cuidado una cuerda fina de algodón o una lana.
Luego, colocamos las piedras preciosas de incalculable valor sobre el anillo o engarzadas en una chapa que previamente coloreamos de dorado o bronce.
El resultado es sensacional.
Además, la artesana y tatuadora nos cuenta que a los vikingos les encantaba tatuarse. Un viajero Abasí del siglo X escribió: “desde las puntas de sus dedos del pie hasta su cuello, cada hombre está tatuado en verde oscuro con distintos dibujos”.
Los tatuajes vikingos incluían símbolos que en teoría les daban protección, como el Valknut de Kattevegat. una especie de amuletos que siempre llevaban encima.
Nuestros tatuajes solo duran un rato. Recortamos el dibujo impreso en un papel blanco normal. Lo fijamos con cinta adhesiva sobre la piel. Luego lo empapamos con acetona mediante un algodón. Retiramos con cuidado el papel y ya tenemos un flipante tatuaje en nuestro aguerrido corpachón.
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