Loky, el más loco, divertido y teatrero de nuestros vikingos, sigue trabajando las emociones con nosotros.
Los vikingos no controlan sus emociones, en ocasiones ni las reconocen. Para no terminar solucionando malentendidos a tortazos, debemos ser capaces de conocer como reaccionamos ante distintos estímulos y aprender a controlarnos. Canalizar correctamente nuestras sensaciones es muy importante para propiciar una correcta convivencia.
En esta ocasión jugamos con las emociones a través de un divertido bingo.
Cada ecovikingo se prepara tres cartones, las tarjetas que sustituyen a las bolas del bingo y un sobre para guardarlas. Todo va unido con una cinta dotada de una simpática etiqueta.
Los garbanzos los usamos para tachar los emoticonos que van saliendo asta que alguien canta ¡Bingo Skol!
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