Hoy Freydis nos ha enseñado a realizar un juego con tres runas, las que representan a las letras P, A y Z.
Con unos palos de polo montamos el tablero con sus nueve casillas y con unos corchos hacemos las seis fichas. Nos preparamos así nuestro tres en paz rúnico.
Si algo define a los vikingos no es su carácter guerrero. Es su sorprendente capacidad de integración en todas las tierras a las que llegaban, su mestizaje con las culturas con las que contactaban. Acababan formando parte indistinguible de las mismas.
Esta es una de las razones que dificultan el estudio de los pueblos del norte, puesto que resulta muy laborioso separar lo puramente escandinavo de lo céltico, germánico o eslavo. En definitiva, aunque la batalla les encendía la sangre, la paz era su palabra favorita.
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