Freydis nos cuenta que los vikingos tenían muchos dioses, uno para cada cosa que ocurría en la naturaleza. Su paraíso se llamaba Valhala. Tenían su residencia en el Asgard. Vivían felices y se alimentaban de las manzanas de la juventud.
Los dioses importantes eran los Aesir. Los más conocidos son:
Odín. El “señor de la guerra”. Dos cuervos le acompañan y le informan de todo lo que ocurría en los nueve mundos. Era también el más sabio.
Thor. Hijo de Odín, se le considera el dios del rayo y del trueno. Era noble y bonachón.
Freyr. Señor del mundo y dios de la fertilidad, tenía control sobre el sol, la lluvia, la fecundidad y la paz.
Freyja. Hermana de Freyr, señora del mundo y diosa del amor. Recorría los cielos en un carro tirado por gatos.
Loki. Representa el fuego, el engaño y la maldad. Se mezclaba con todas las deidades para crear conflictos entre ellos.
Pero había otros dioses menores menos poderosos, los Vanir.
A ellos les dedicamos nuestro fetiches de piedra. Los guardamos en cajitas de cartón decoradas con acuarelas.
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