Es por todos conocido que los vikingos son grandes guerreros y valerosos aventureros. Pero también es cierto que son excesivamente pendencieros y peleones. Nadie les ha enseñado a gestionar bien sus emociones.
Por eso, los ecovikingos tenemos que trabajar este asuntillo. De este modo, en vez de a tortazos, aprenderemos a resolver nuestros conflictos hablando.
Y lo primero es reconocer nuestras emociones. Loky, que a veces no está tan loco, nos anima a trabajar durante todo agosto las emociones básicas y ampliar el vocabulario emocional.
A estas edades los niños y niñas ya pueden comprender que no es la situación objetiva sino la evaluación que hacemos de ella lo que explica la emoción y que, en ocasiones, estas pueden ser erróneas.
Usaremos emoticonos, gráficos digitales que representan una expresión del rostro con el objetivo de aludir a un estado anímico.Es interesante observar que un emoji no tiene género, las emociones nos afectan a todos con independencia de que seamos niños o niñas.
En esta ocasión, realizaremos un "Finger Twister", una versión de este popular juego pero en versión mini. Pueden jugar dos o tres personas y en vez de colocar los pies y las manos en distintos colores, colocaremos los dedos de la mano (pulgar, anular, indice y corazón) en los emoticonos que indique la flecha.
Además, vamos a ir haciendo una foto de nuestros ojos, la imagen que actualmente mostramos del rostro. Poco a poco debemos adivinar el estado de ánimo del prójimo a través de los matices de sus ojos.
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